Y probablemente nunca lo seremos pero tenemos un alma brillante que no regalaremos jamás a ninguna persona que con su sonrisa de anuncio intente vendernos sueños falsos. No compartiremos nuestro corazón si no nos dan otro sincero a cambio, pues el nuestro ya ha quedado roto después de tantas particiones. Hay que compartir, pues los egoistas no tienen cabida en nuestras vidas.
Marisol
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario