Hay historias que nunca cuentan la verdad hasta que se terminan. Hay historias que hablan de amor y que esconden simples momentos de casualidades, y vacías palabras que calman la culpa de amarrar a alguien a la amargura.
Pero esta vez el final va a ser diferente. Ya no soy una princesita triste atada a su propio dolor, ya no lloro por lo perdido… lloro por lo que nunca he podido tener.
Y las lágrimas no son amargas, ni son de dolor, ni son por amor ni por odio. Son lágrimas adultas que acallan la sensación de haber escrito un guión que otro ha interpretado y que ha utilizado para jugar sus mejores cartas sin perderlas.
Yo he perdido todas las cartas que he puesto en la mesa, pero ya he comprado otra baraja, ya la he repuesto a la espera de otro jugador que quiera entregarme sus mejores cartas a cambio de las mías.
Espero en la mesa mientras disfruto de todo lo que me rodea.
Porque me he dado cuenta que la felicidad no me la daba el tenerle a mi lado, la felicidad me la daba el tenerme a mí misma en mi propio bando, sin complejos, sin miedos a quererme más y mejor de lo que ningún hombre ha podido quererme.
He aprendido tanto a regenerar mi corazón que parece que nunca ha estado entregado… y eso es gracias a mi magnífica manera de poder ser toda amor.
Por ello va este escrito, y para todas las mujeres que aun creen que ha sido él el que les ha dado el amor y la felicidad, porque un hombre que está a tu lado para dolerte y aun así sales rejuvenecida de sus garras, no es un hombre que te haya querido y mimado, es un hombre que se ha valido de todo lo que te has estado queriendo tú y, en el fondo, ese ha sido capaz de darse cuenta de que eres toda amor, ese mismo, el que ahora se presenta ante ti feliz como si nunca hubieses existido en su corazón (en realidad ha sido así, probablemente), ese se da cuenta de lo mucho que vales para ti misma y, si se le ocurre mirarse hacia dentro, una inmensa sensación de miseria se va a apoderar de él, porque no hay nadie que me produzca más pena que quien finge no quererse a uno mismo para tener la excusa perfecta de no querer a los demás. Ese que se sentaba en su propia vida mientras aullaba a grito partido que le tendieran una mano, ese tenía la suya ocupada en rascarse el culo. Ese que te aclamaba como un niño desolado, se guardaba su fuerza para estar él solo.
Ese que siempre vive encerrado en su propio mundo no lo hace por miedo a que le hagan daño, lo hace por miedo de hacerse daño a él mismo.
Porque no hay nada que desquicie más a un manipulador que ver como su trapo sucio se lava solo. Ver como aquella persona que se lo ha dado todo y de lo que nada le ha devuelto, ha conseguido volver a encontrarse a ella misma.
A todas las mujeres que han sido utilizadas yo les pido:
Que no devuelvan la moneda a otro que se les presente en el camino.
Que no intenten vengarse pues, estas personas no son capaces de sentir más que su propia miseria.
Que no se les acabe la magia con la que conectan con el mundo, este necesita del ímpetu de muchas mujeres rebajadas a un simple instrumento.
Que por mucho que la decepción duela, no dejen que esa persona siga metiéndose más en sus vidas, ábranle la puerta y que salga de una patada.
Que por llorar no se es más débil y más cobarde. El débil es el que no llora por miedo a desmoronarse.
Que no se imaginen que el amor puede aguantarlo todo. El amor no es aguantar, es disfrutar y aprender.
Y por todas esas personas que ahora sienten un vacío en su corazón, yo les invito a mirar dentro de ellas mismas porque todas las personas que actúan con bondad, son estado puro de amor. Y no se trata de que no sepamos hacer que una persona se enamore de nosotras. No es triste que no se hayan enamorado de nosotras, lo triste es que no sean capaces de amar a aquellos que se lo dan todo a cambio de nada.
Y vuelvo a reivindicar que el amor no tiene puertas de manera que se las podemos cerrar. El amor es el estado en el que las buenas personas se sienten a gusto y en paz. A las buenas personas les incomoda la ira. A las personas miserables (las que no saben amar) les incomoda tanto amor… y huyen en cuanto creen que pueden salir airosos de ese estado que les abruma porque es demasiado para ellas.
Más lástima que rabia me dan las personas que nos hacen daño porque no saben hacer otra cosa. Lástima profunda me inspira esa persona que durante dos años solo ha sabido entregarme sucedáneo de amor y solo ha sabido fabricar dolor (a parte de ser un pésimo amante…brilló por su propia ausencia…)
Decid sí a la vida, sí al buen amor y sí a querernos cada día mejor. Allá aquellos que solo saben captar la atención de los demás desde la lástima y el victimismo, allá ellos pues, nosotras (mi querida niña) somos tan grandes como grande queramos dibujar el infinito.
Y aprovecho este largo momento para agradecerles a todas las personas que saben estar a mi lado que me hayan paliado el dolor con una gran dosis de buen amor. Siempre tendré presente que habéis sabido curar este corazón. Gracias, desde el buen amor.
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Gracias a ti por ser toda amor, Marina. No estás sola en esto y lo sabes. Desde el buen amor te digo que todo esto pasará y servirá para que brilles más que nunca bombón, porque las estrellas brillan con luz propia y tu eres una pedazo de estrella que resplandecerá siempre, pase lo que pase. No te rindas nunca. Tu compañera y amiga, desde el buen amor, te desea ahora y siempre lo mejor (me ha salido un pareado!!! xD ya es q se me va...)
ResponderEliminarMarisol
Lo que ha dicho ella va de parte de las dos ^.^ después me lo leo que ahora mismo.... ya te diré.
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