Do you believe?

I don't believe in perfect love. But I do believe that there are people whose lives are inextricably intertwined.



Dawson's Creek

miércoles, 31 de marzo de 2010

Chispas de vida sonriente


Un beso al tiempo de silencio para que se lleve consigo penas de amargas piedras pesadas. Como losas arratrados los momentos de lluvia de desvelos y memoria de azucena. No me mires, que se ruborizan mis sentidos al latir desbocados los suspiros de mis dedos, que anhelan acariciar las sonrisas no fingidas de las más bellas palabras nunca pronunciadas por tu miedo y mi silencio electrizante. Observo el cielo y mil deseos echo a la hoguera del tiempo, para que algún día uno a uno se vayan cumpliendo pues la vida te da realidades soñadas al alcance de la mano; aunque no sepamos apreciar los detalles que nos atraen la suerte merecida. Dame la mano, vida, te haré amanecer en calma de caricias consentidas y secaré los ríos de penúrias ya sufridas. No mires allí, mira a tu lado. No desvíes nunca ya tu mirada, alza la cabeza; aquí está tu paz y mi fuerza; mi mar y tu orilla. Lancemos magia al viento, hechizos al presente y esperanza al futuro.

Marisol

domingo, 28 de marzo de 2010

LA NIÑA Y SU JARDIN DE ROSAS




Yacen hoy sobre la espalda de una niña miles de mochilas mal cerradas... sus bolsillos del revés recuerdan su aire descuidado, su tierna confianza... ella abre al mundo todo lo que el mundo un día no le abrió a ella.




Y esa niña camina hoy despacio, contando los pasos, uno, dos, tres... perdiendo la cuenta en cada uno de ellos, volviendo a comenzar des del cero... no le importa.




En su particular jardín ya no florecen rosas blancas, ya no se entallan con espinas altas y vigorosas... y la niña voltea contenta por poder tocar y oler las flores marchitas sin hacerse daño. Es seguro su jardín lleno de flores muertas ... ¿sin color? No importa, ella les regala témperas con un pincel cada mañana.


Ya no son rosas blancas, ahora pintas colores diversos, vivos y variopintos. Ahora su jardín marchito parece el más hermoso de todos... pero su jardín no huele a rosas frescas... y eso tampoco importa. La niña se encarga cada noche de perfumarlas una a una... con sumo cuidado, cantando, bailando, dejando que la noche recaiga sobre sus ojos.




Cuando el Sol termina por esconderse... no hay oscuridad que a la niña aflija, tampoco importa no tener al Sol en su compañía... teniendo tantas estrellas brillando una a una por ella y por sus rosas muertas. Enciende la niña su linternita y alumbra cuidadosamente el camino que rodea las rosas ya pintadas, ya a medio perfumar... ya sin el pavor de recibir el dolor de sus espinas.




La niña vuelve tarde a casa. Sus padres la esperan dormidos uno al lado del otro. Recostaditos, quizá ajenos a los delirios de su pequeña.


Dejando en el suelo de cualquier manera su mochila a medio cerrar, se lanza sobre su cama, esponjosa, rebotante, espléndida para esa noche en la que la niña dormirá, otra vez, sola.


La niña se despoja de su floreado y veraniego vestido, lo lanza muy lejos, reposando en la entrada de su habitación. Contenta por su genial lanzamiento se dispone a meterse en la cama sin ropas, sin ataduras, sin botones que la aten de nuevo a la locura, quiere dormir ancha y plácidamente... quiere, por una vez, intentar soñar. La niña se duerme.




Amancen sus ganas de llorar en el mismo momento en el que un rayo de luz apacigua sus pesadillas... se despierta sobresaltada, de nuevo, y con la frente empañada de un sudor frío, cortante, repleto de miedos y fantasmas que habitan su habitación noche tras noche.


Ya en la vigila de sus miedos, la niña decide salir de la cama, ducharse con agua bendit cayéndole por todos los costados... inclinándose de cuclillas para así llorar y que no le oiga más que la tierra y el polvo que la desnudan.




Sale la niña repleta de resplendor enjabonado. Huele bien, sabe bien, sus ojos bañados se disponen a pasear por el telón de la función. La niña actúa.




Con su vestidito inocente, su mochila a medio cerrar y unas manos repletas de cariño se dirije de nuevo a su refugio y a su rosal.




Con su nuevo canto y sus nuevas ganas de evadirse de su realidad, la niña se encuentra con un muchacho al frente, repleto de un ramo de rosas exuberantes, rojas como nunca, llenas de espinas prominentes... el niño se lo ofrece diciendo: "Estas están vivas, pequeña, tómalas, huélelas, y no temas por las heridas... sé curarlas."


La niña se estalactita por segundos, petrificado su corazón, empieza a romperse en mil pedazos para así latir con fuerza. La sangre emana por todas partes de las manos de la pequeña... un dolor agudo se le clava en el alma mientras el muchacho para quieta su mirada clavada en ella.




La niña retira de sus manos esas rosas rojas y las coloca con sumo cuidado delante del rosal marchito. Observa la diferencia y empieza a recordar cuán bonito fue su rosal cuando ella se dedicaba a regarlo en vez de perfumarlo, cuando lo abonaba en vez de pintarlo, cuando recogía con cuidado rosas espinosas y vigorosas... entonces su corazón sí latía...




Vuelve la niña la mirada hacia su nuevo compañero de jardines marchitos... se acercan mútuamente, él con sumo cuidado, ella con terror en las manos.




La niña da de nuevo un paso atrás... revisa sus flores, las mira, las siente parte de ella... y entonces arranca a correr para abrazar a quien llebava en sus manos la cura de sus heridas.
Marina

sábado, 27 de marzo de 2010

SOBRE MI MANO


Derrotados los fantasmas

ahuyentando mil temores

afligidas las palabras.

Hoy, no tengo nombres.



Visionando mil escenas

apuesto todas al presente

que no entiendo ya de penas

ni, por qué no, de hombres.



Dando alas a la espuma,

giro incierto e independiente.

Sólo el agua da la espalda

a quien no sabe moverse.



Siento, hoy, caricias suaves.



Es mi mano quien se entiende

...entre tanto... caricias sinceras

recibidas... en presente.



Me doy, hoy, lo que nadie puede.



Marina









lunes, 22 de marzo de 2010

Amor romántico

Se despierta de su letargo caminando entre algodones de nube en flor. No recuerda nada de lo que pasó, tan sólo que deseaba descansar y olvidar todo temor. Desliza sus dedos por la fina barandilla...el equilibrio es tan sumamente perfecto que podría desvanecerse en pedacitos. Desciende poco a poco las escaleras, envuelta en una neblina blanca de sueños tejidos durante años. En calma avanza por blancas galerías de cristal transparente. No deja de mirar al suelo por miedo a caerse. Y sigue sus pasos el misterio del deseo irrefrenable de sentimientos descontrolados. Y alcanza a ver a alguien que perdió hace tiempo su caballo. Su espada está oxidada y su armadura es de azúcar. Su valentía languidece ante la enorme cobardía que agarrota sus músculos. Tenso, ve llegar a la chica y resbala. Es tanto el sudor frío que emana de su cuerpo que se cae. Y mientras ella avanza, sin miedo alguno porque sabe que hoy es ella la que tiene las riendas. Echa a correr el caballero sin caballo, tan sólo con las riendas del miedo a sentir algo de verdad. Y ella despierta: el amor romántico nunca ha existido, tan sólo es un mito.

Marisol

SOBRE LA ARENA

Desnuda la playa de sus ojos
inciertas corrientes dibujan la arena
en mis pies...
...figuras despiertas.

Miradas de incertidumbre eterna
clavando ante mis rodillas
largas frases hechas...
... atornilladas de cuclillas.

Viento a favor atrae, vertiginosa,
una aterrante tormenta a mis sentidos
amarrados, nudo fingido...
... volando firme y sin derrota.

... y caminantes trazan mis pies
sentimientos atados a la inocencia...

...no es hoy sino espuma
quien reposa entre palabras quietas...

MARINA

domingo, 21 de marzo de 2010

entretanto...



Entretanto...


Sentada, cansada, exhausta de esperar a que tu taza deje de quemar y así poder agarrarla con las manos...


Indiferentes palabras se van acomodando una y otra vez en nuestros corazones, lo llenan, lo deshaucian, lo malacostumbran a latir por motivos externos... no hay más que volver al origen, viajar eternamente por nuestras venas, dejar que fluyan nuestras ideas, que no nos mate la indiferencia, que no nos humille la hipocresía, que no nos corrompan las vanas caricias, que no entre en nosotros nada más que aire puro, transformable, formidable, repleto de toda naturaleza.


Entretanto...


Agudos sonidos enredan tus sentidos... y esas manos deseosas de todo y envueltas en nada reflejan en una taza el contenido de tu mirada, distraída a veces, otras aturdida... y todo por llorarle a una nada que, hoy, se compone en un todo...


Y... entretanto y tantas cosas....


A tu lado, cerca de esa taza, a un costado de tu vida... mis manos son hoy las tuyas, tus ojos son hoy los míos y todas tus ansias y todos tus miedos pueden ahogarse, hoy, también en mi taza... porque somos compañeras de viaje... entretanto... también amigas...


Porque te quiero, porque quiero tenerte cerca, porque eres mi amiga y porque se que me necesitas a un costado, cerca... a la espera de que te tienda mi humilde mano...


Entretanto... una buena amiga...
Marina

martes, 16 de marzo de 2010

Y sonreir


Me desperté con la sensación de haber soñado despierta. Bajé a la calle después de arreglarme un poco. El aire fresco besó mi cara y el sol acarició mi piel, para calentarla lentamente. Ese ruido, sí, un chico jugando con una pelota...sí, me era tan familiar...Me trasladé a mi tierna adolescencia, a cuando aún soñaba con cuentos de hadas y mis lágrimas eran más inocentes. Allí estábamos, riéndonos por el simple hecho de que por fin había conseguido chutar y meter un gol. Lo celebrábamos por todo lo alto. Nunca había sido demasiado buena para los deportes, pero cuando conseguía algo lo disfrutaba como la que más. Y sí, allí estábamos, sonriendo a la vida por el simple hecho de vivirla y compartir un juego que jamás me gustó ver y menos practicar pero que en aquellos momentos era primordial en mi vida. La pelota, la portería y mi hermano haciéndome unas señas para que corriera y chutara con todas mis fuerzas...aaaaaaaah...sí!! Lo conseguí muchas veces, más de las que creí y sonreí como sólo lo hacía cuando realmente me sentía satisfecha conmigo misma. Volví a la realidad, andando por ese parque de recuerdos lejanos, pero de los más bellos que conservo. Volví a aquellos campitos rojos...donde miles de partidos tuvieron cabida en mi adolescencia ya pasada. Y no pude evitar sonreir.

Marisol

lunes, 15 de marzo de 2010

Noches


Llora una vez más la piel de cereza en flor. No puede más y se derrumba en mil pedazos de hojas deshidratadas por el dolor de mil pasiones perdidas en vanas depresiones sin sentido alguno. Y se hace eterna en etéreos campos de hierba verdosa de esperanza errante. Helaron las palabras vacías que les decía a aquellos que quería y chamuscadas caricias le devolvían la vida en icebergs de luna llena. No olvida vida y día, pero la noche se cierne en abrazos de pensamientos ensordecedores. No sería la última vez que los derrotaría...

Marisol

domingo, 14 de marzo de 2010

Lost


Siempre he tenido tendencia a caer de pie, por mucho que caiga una y otra vez desde diferentes alturas. Ya se sabe, en la vida una/o lleva ese bagaje en la espalda que le hace convertirse en una persona madura, responsable y con experiencia. El problema es que a veces el peso se hace demasiado pesado...y alzar el vuelo resulta terriblemente difícil y agotador. Esos días en los que los colores se difuminan y se entremezclan creando un collage digno del más famoso pintor. Hay días así, en los que la maleta de recuerdos te hace hundirte en el mar de la tristeza. Pero sacas a relucir tu fuerza con la más fuerte de las sonrisas y resurges de tus cenizas cuantas veces haga falta. Pues tan sólo tú puedes ayudarte en tu camino.

Marisol

sábado, 13 de marzo de 2010

Misterio avergonzado


En la vida hay momentos en los que parece ser que no eres realmente tú. Te desdoblas, tu alter ego y tú, como si de gemelos se trataran. Uno queda oculto, el otro se muestra a los demás. Pero, ¿cuál es el verdadero? Puedes estar en la mejor fiesta del mundo, con gente maravillosa y tener que esforzarte por sonreir un poco, aunque no sea lo que sientas en esos momentos. Y cómo cuesta...cuanto...pero lo haces porque con una sonrisa se puede hacer feliz a mucha gente y porque es la mejor forma de combatir la tristeza.



Marisol

jueves, 11 de marzo de 2010

Lágrimas de sangre


En esos días en los que te devuelve el espejo una mirada vacía de alguien que alguna vez sintió algo. En esos días me encuentro. Esos días en los que el sol dejó de brillar, se encuentran los despojos de lo que fuera un alma entonces. En esos días tan poco llenos de alegría y tan indescriptiblemente claustrofóbicos. Esos días que te hacen sentir que vales poco y que nunca has llegado a valer...tal vez menos que un euro. Esos días son los que un/a hijo/a de la gran **** se atreve a levantarle la mano a quien, según dice, más ama en el mundo. Desengáñate, si te maltrata, NO TE QUIERE. Tengo que abrir los ojos, coger la puerta y largarme de este puto infierno. Tengo que despertar a una realidad sana. Ayúdame a denunciar y a hacer justicia.

Porque entre todos podemos acabar con el maltrato. Ninguna persona merece ser maltratada, somos iguales y tenemos dignidad. Tenemos que respetarnos. Porque ninguna mujer ni ningún hombre sean maltratados nunca más.

NO AL MALTRATO.

Marisol

lunes, 8 de marzo de 2010

EL SILENCIO DE LA CABRA



Quiero remontar el transcurso de esta historia al año 2005, quizá principios del 2006. Sé que ha llovido mucho desde entonces (sobretodo en cuanto a este invierno se refiere), no obstante, una película que pude ver un fin de semana de estos con unos amigos me dieron pie a acordarme de nuevo de tal incoherente y divertida situación.


Allá en ese año, corrían tiempos de estrés pues yo no era más que una diecisieteañera con unas ganas enormes de abandonar el instituto (sí, aquel que luego, años después, miraría de reojo con nostalgia).


Recuerdo perfectamente que cursaba segundo de bachillerato y que dormía poco, muy poco. Me pasaba noches enteras en vela gracias a mi querido amigo el insomio. Este dato es fundamental en los acontecimientos que discurrieron cierta mañana de invierno.


Después de haber situado el contexto de dicha situación cómica voy a dar paso a la narración de los acontecimientos, esos tan esperados ya por unos inteligentes lectores que se preguntaran qué demonios tiene que ver el bachillerato y el insomio con el silencio de una cabra.


Pues bien...


Eran las siete y cuarto de la mañana aproximadamente y yo me disponía corriendo a salir a la calle para alcanzar en la calle principal el bus que me llevaría como cada mañana al instituto.

Aunque ese día fue diferente....

Recuerdo perfectamente como iba con la carpeta repleta de apuntes en el brazo derecho y la mochila colgada del hombro derecho como único soporte.

Mi mano izquierda quedaba libre para agarrar la manecilla y abrir la puerta que daba a la calle.

Cabe mencionar que, a parte del ya supuesto adormilamiento y apardalamiento típico de las horaas, del dormir poco y de una época de adolescente, también llevaba un buen chute de cuatro gragueas de valeriana y dos tilas metido en el cuerpo desde la noche anterior para poder conciliar el tan deseoso sueño.


En aquellas patéticas condiciones me disponía rutinariamente a abrir la ya mencionada puerta con la ya mencionada mano a la ya mencionada hora con la ya mencionada maleta colgada en un solo hombro.


Y llegó el momento expectante de nuestra historia.

Abrí la puerta, rápida, contundente, firme en mi decisión de no perder el bus.

Y me encontre, perpleja, un ser extraño delante de mí en el umbral de mi casa.

Recuerdo perfectamente que parpadeé considerables veces... no sin mantener la boca en una posición comprometida si hubiera alguna mosca revoloteando.

Instinto o miedo o quizá un chute demasiado grande de tranquilizantes naturales me hicieron cerrar la puerta en cuestión de segundos. En aquellos tan rápidos instantes hubiese jurado fervilmente que me había vuelto loca.

Entonces mi juicio sano y prundente me hizo volver a abrir la puerta y comprobar como mi imaginación y mis altas dosis de sueño y drogas naturales habían causado en mi cerebro un brote esquizofrénico.


No obstante, abrí la puerta, de nuevo, con aquella esperanza ingenua de no encontrarme nada delante de mi puerta... Y sí... allí estaba ella... la cabra... silenciosa, mirándome fijamente a los ojos. Intercambiando la perplijadad que ambas llevávamos en la mirada.

Una cabra que no berreaba, una cabra que solo me miraba fijamente... Como si mi cabeza fuera un cielo y mis ojos nubes que explotar una mañana de invierno.


Pero esa cabra vio en mí algo especial pues, decidida, puso una pata delante de la otra, la cabeza inclinada en posición toro dirigida y confiada a adentrarse en una casa a la cual no había sido invitada.

En esos momentos, el miedo pudo conmigo y cerré la puerta. Con los ojos aun ansiosos por descubrir qué estaba ocurriendo alcé la voz lo más que pude y dije "Mamá, no sabes qué tenemos en la puerta: una cabra."


Mi querida madre, incrédula, y mi querido hermano quien nunca se levanta, vinieron corriendo hacia la puerta... abrí para que contemplaran y ahí estaba la dichosa cabra silenciosa... mirándonos con la técnica de los soldados geray... y, entonces, mis ojos divisaron un horizonte más amplio... Mi vecino con un manojo de hierbas en la mano en la calle llamando a la cabra para que bajara pues había sido descarriada y había decidido aventurarse por la zona desconocida... saltó la balla del campo y se adentró a la carretera en busca de quien poder echarle el ojito.


La cabra terminó por rendirse y bajó con humildad y resignación las escaleras de mi portal.

Sólo después me aventuré a salir de mi casa corriendo... recordaba que mi objetivo era no perder el bus... ese día corrí más que nunca.


Marina

domingo, 7 de marzo de 2010

Me encantas


Me encanta saberte cerca de mí en esos días en los que el calor humano me falta. Me encanta oler tu fragancia cuando pasas a mi lado, sin notar que te estoy observando. Me encanta suspirar anhelos que no llegan a tus oidos...y la forma en que sonríes cuando normalmente no lo haces. Me encanta ver esos ojos que nunca me miran y por las noches cierro los míos para verte de nuevo.
Me encanta que me encantes porque sé que siento algo por alguien. Me encanta saber que olvidé el dolor de un desalmado desamor. Me encantan esas manos, que no han rozado mi piel y esos labios que tal vez nunca besaré. Tal vez seas inalcanzable porque debe ser así pero me encanta saber que no puedo evitar que me encantes. Porque simplemente me gusta tu forma de ser, aunque a veces me saque de quicio. Así que, ya ves, me encantais tú y tus ojos oscuros. Maldita sea, odio decirlo, pero...me encantas.

Marisol

sábado, 6 de marzo de 2010

PRINCESA VENDIDA



Lágrimas borrando tu sensatez,
tristezas prohibidas.
Baños de seda y de miel
acarician, hoy, sonrisas fingidas.

Rojos labios de pasión
entregados al amor suicida.
Una mano quieta en el corazón
escucha el latido de una niña.

Cierras los ojos, otra vez,
ante la oscuridad del día.
Enmueces tu dulce voz
desgarrando hipocresía.

Manos rotas de dolor
abrazando a la nada compungida.
Tristes frases en composición,
vulgar melodía aprendida.

Marina

jueves, 4 de marzo de 2010

Emily Brontë


El cielo se tornó gris en medio de aquella inmensa pradera. No quedaban cadenas que ataran a su corazón pero aquellos páramos la atraían como la miel a las abejas...Libre, se sentía liberada de una sucia sociedad que consumía su más tierna edad. No más prisiones...tan sólo la imaginación para volar y así crear historias que en otros tiempos nosotras podríamos disfrutar.

Marisol

lunes, 1 de marzo de 2010

Amor con amor se paga


Cuando ese alguien especial te crea cierta adicción, eres tu peor enemiga/o. Te debilitas intentando hacer lo posible para que esa persona se sienta lo mejor posible...olvidando así que quien importa aquí y ahora eres tú. Como se dice, no se puede tapar el sol con el dedo...no puedes sacrificar tu existencia por alguien que, aún siendo especial para ti, tal vez nunca haga lo mismo por ti. Y debemos recordar que no tenemos que encontrar a esa media naranja, pues seamos sinceros y coherentes por una vez, no estamos incompletos. Tan sólo debemos encontrar a esa persona que nos complemente y que quiera recorrer un camino compartido de la mano. Hay que complementarse, no ahogarse en el otro. No se debe perder esa individualidad que nos caracteriza. Debemos darnos al buen amor, no a la locura, obsesión que nos crea una addicción destructiva. No, mis queridos compañeros/as de la vida, no debemos sufrir, pues el amor es el sentimiento más grande que existe y que nos destina a ser felices y no a la autodestrucción. Recordad, amor del bueno, del que nos enriquece...de ese que te hace querer ser mejor persona. Nada de aquel amor posesivo, destructivo que envilece y debilita al dominante y al dominado. Un abrazo a todas/os, desde el buen amor.

Marisol