Cualquier persona adentrada un poco en la neurología o, incluso, en la psicología, entiende que hay diferentes tipos de neuronas. Cada una se encarga de unas funciones y, haciendo buen uso de una red interneuronal, controlan nuestro cuerpo y nos avanzan por la vida de los acontecimientos, pensamientos y sentimientos.
Y de un tipo de neuronas en particular quiero hablar: las neuronas espejo, o neuronas pasivas reflejas, o de las mil maneras que se las quiera denominar.
Estas neuronas funcionan como un espejo: todo la información que reciben la asimilan sin ningún tipo de interpretación, análisis o estudio... así como va llegando... así mismo es como van haciendo uso de ellas.
Y teniendo en cuenta este tipo de neuronas, hay un tipo de hombres que por predominar el uso de éstas podríamos llamarlos los seres pseudoneuronales (más comúnmente llamados primitivos).
Dichos humanos funcionan con una conexión entre las neuronas espejo y la neurona central (que se encuentra en el punto central gravitatorio, véase las partes "nobles" [aunque de nobles, en estos casos, tiene poco]) y pasan la información virgen entre un punto y otro conviertiendo su tronco en la autopista de los instintos.
Un ejemplo clarificatorio: un hombre pseudoneuronal al ver a una chica que representa el cánon de belleza inculcado y establecido socialmente, amplifica el radar testosteronal para averiguar si la presa localizada cumple los requisitos hormonales de sus instintos; una vez superada esta fase que puede durar entre unas milésimas de segundo (en los más aventajados) y unos meses (en los más indecisos a los que les cuesta averiguar si les gusta o no esa chica en cuestión); la neurona central una vez activada, manda imágenes a las neuronas espejo sobre la presa para que éstas inmediatamente pongan a trabajar todo el repertorio de cosas qué decir y cosas qué hacer para conseguir la atención de la presa.
No son sentimientos, no son pensamientos, no son miradas exclusivas para cada presa; es una mirada y un monólogo estándar aprendido y usado constantemente.
PD: Toda la información aquí anotada no tiene referencias científicas, es una explicación irónica de aquellos hombres que se conducen por sus instintos básicos en vez de usar la cabeza. Cualquier dato coincidente con la realidad no es más que pura casualidad.
Marina