Do you believe?

I don't believe in perfect love. But I do believe that there are people whose lives are inextricably intertwined.



Dawson's Creek

martes, 28 de septiembre de 2010

LA INTERPRETACIÓN DE SARA

CAP.2

Pronto descubriría por qué Sara me pareció una chica que poco tenía de normal y las razones invisibles para el mundo exterior se fueron metiendo en mí haciendo mella en lo más hondo de mis objetivos personales y profesionales.
Claro está, en un principio no tuve la oportunidad de entrar en el mundo fantástico e inaudito de Sara, ella era a la vez la chica más dulce y cariñosa y la más distante y ensimismada. Una mezcla que me fascinaba como caso psicológico.

Mis primeros meses en ese instituto transcurrieron como en todos los lugares en los que una puede iniciar su carrera profesional: un auténtico caos en un barco en el cual no sabes aún dónde está el timón ni quienes son tus tripulantes. Me sentía perdida, me sentía incompetente, todos los esfuerzos que hacía se me antojaban planos, de poco interés... el trabajo se me acumulaba monótonamente día tras día en un despacho desprovisto del sabor de la vida.

En uno de esos momentos en los que reflexionas y miras en vez de ver por primera vez, me di cuenta de que era casi imposible que los alumnos llegaran a mi despacho y se abrieran con sus problemas si el sitio en el que debían hacerlo carecía de vida, de sentimientos, de cercanía.

En ese preciso instante me levanté de la silla, miré a mi alrededor y dejé entrever una sonrisa pícara: sabía exactamente qué debía hacer.
Empecé por quitar esos cuadros anticuados, blanquinegros y repletos de polvo acumulado donde apenas se apreciaban ciertos políticos y personalidades lejanas a todos nosotros que alguna vez visitaron nuestro centro educativo para hacerse una foto por destinar un mínimo porcentaje de los sueldos de todos nosotros.
Ya empezaba a sentirme mejor. El siguiente paso sería renovar el mobiliario pero sabía que con el presupuesto del centro sería utópico contar así que me dispuse a poner carteles por todo el centro con la noticia de que todos podrían disponer algún mueble divertido de sus casas que estuviera acumulando polvo... Los alumnos empezaron a traer algunos libros interesantes y coloridos, pequeños decorativos, algunos de arte pintaron unos cuadros preciosos para las paredes, profesores implicados trajeron en sus coches algunos muebles que no sabían dónde meter... el resultado fue espectacular. De pronto, el despacho de orientación se convirtió en nuestro despacho: mío y de todos los demás.
Se convirtió en el centro de todas las miradas curiosas: todos los alumnos y profesores poco a poco se iban pasando por el despacho para ver qué lugar le había dado a su preciado objeto y ya que estaban se sentaban y me comentaban sus planes e inquietudes académicas.
Fue un buen gancho.
Lo que me frustró como profesional fue que la única persona con la que contaba ver en ese despacho no había aparecido ni para asomar la nariz: Sara no tuvo la menor intención de saber cómo había quedado el despacho después de colocar su precioso cuadro de colores vivos, llamativos y espectaculares.
Lo que me había funcionado para todo el centro a ella no le había impresionado ni lo más mínimo.

Tenía que pensar urgentemente en cómo llevar a Sara a mi despacho, necesitaba saber qué se escondía en esos ojos marrones donde un mar profundo de incógnitas me ahogaba de la curiosidad. Era como si su mirada pidiera auxilio a gritos pero en código morse para sólo los más expertos y capaces pudieran localizar su demanda y realmente ayudarla.

Marina

viernes, 24 de septiembre de 2010

MODESTAS PALABRAS

Yace aquí un poema que le dediqué a mi mejor compañera de vida, de confesiones, de risas y de lágrimas... justo hoy y por casualidad lo he encontrado... y ahora más que nunca quiero dedicarle estas palabras... Para ti, amiga.

Desde sinceras palabras, niña
yacen rotas las almas, hoy
que sin previo aviso brotan,
subyacen de un fondo de ruinas.

Y me levantan tus sonrisas.

Que entre miradas empapeladas,
envueltas de regalo navideño
aparece desde ese todo
tu corazón sincero.

Hazme un regalo, luz del sol,
hazte hoy mi humilde pregunta:
¿Por qué malgastar tu dolor
y desaprovechar tu alegría?

Son, hoy, tus pasos mi guía.

Yacen en tus ojos la profunda esperanza
de mitigar, anular decididas lágrimas
ahogadas en el llanto del recuerdo
guardado bajo llave con recelo.

No dudes, por ti, enfrenta el miedo.


Así pues te dice tu buena amiga: ya has empezado, ya has lanzado el vuelo... ahora no vaciles, ahora pisa firme, ahora respeta a tu fuerza interior y dale una patada en el culo a la incertidumbre... que nada te detenga mi pequeña "luz del sol". Y recuerda que viajas a años luz así pues, nadie puede contigo.

Marina, con cariño

sábado, 18 de septiembre de 2010

LA REINA DE LAS NIEVES




Es curioso observar cómo la vida te ofrece la lectura apropiada en cada momento. Como el buen maestro que enseña al alumno a su ritmo... dando los conocimientos que precisa en el momento más oportuno. Aquí va uno de ellos:

" - Me resulta imposible ser feliz- susurró Marta.- He sufrido demasiado este último año. [...]

(Momentos anteriores)

- Últimamente estoy un poco más triste que de costumbre, no tengo ganas de nada y lloro a menudo. Siento una angustia dentro de mí que me sube del corazón y no se calma. No consigo alegrarme por nada. Tengo la sensación de vivir en un mundo de hielo.

[...]

- Tú has sufrido mucho y, por miedo a que te hieran de nuevo, tratas de huir apartándote de la bondad de los demás. Ésa es la razón de que no consigas amar a nadie y tengas el corazón de hielo. Por eso sientes amargura, tedio, desilusión, angustia. Es preciso buscar en lo más profundo de nosotros mismos, porque hay algo enterrado en nuestro inconsciente que nos hace la vida difícil. Si consigues expresarlo, te salvarás; de lo contrario, te destruirás."

Este fragmento pertenece a un libro titulado "El buscador de sueños".
Me ha parecido interesante como reflexión para cualquiera y como lección para aquellos que opinan que el optimismo es el síndrome del necio.

Pues bien, llamémosle falso tecnicismo por no llamarle el síndrome de la reina de las nieves pues no es sino con el corazón de hielo la manera de pretender que una oportunidad de sonreír sepa a tragedia.

Y un consejo, si se me permite, que no os congelen la sonrisa pues, en el siguiente paso, le toca al corazón. Sed cálidos y felices, merece la pena.

Marina

domingo, 5 de septiembre de 2010

LA INTERPRETACIÓN DE SARA

PRIMER CAPÍTULO

Sara es aparentemente una chica muy normal.
Estudia en el instituto Las Rojas que queda a unos escasos diez minutos de su casa.
Sara vive con su padre y con su hermana mayor.
Sara es una chica que siempre sonríe... pocas veces las personas que la conocen la han visto con el halo de tristeza que acompaña a medio mundo... y, ella, lo sabe.

El hecho de que haya querido escribir sobre la historia de Sara y no sobre la de alguna de sus vecinas y amigas como Paula, Laura o Iris es, sencillamente, porque si historia dista mucho de ser estrambótica y novelera... su vida es normal, común, realmente singular... Si no fuera por las circunstancias que la han rodeado toda la vida.

Es curioso ver en Sara y no en sus amigas ese aire de felicidad, ella siempre está contenta. Tiene cada día un motivo diferente por el que ser feliz.

No obstante, no quiero aburriros con las grandes cualidades de esta genial muchacha... es importante que vosotros mismos lleguéis a la conclusión adecuada para cada uno de vosotros.

Para empezar a relatar fielmente todo el mundo de Sara es conviente que yo misma me presente... de lo contrario... ¿qué sentido tendría todo esto?

Mi nombre es Graciela, soy la orientadora del instituto Las Rojas y conozco muy bien la historia familiar y la vida de cada uno de los muchachos que estudian y han estudiado en este centro pues son pocos alumnos y todos de la misma barriada.

Aún recuerdo el primer día que entré en este instituto. Todo lo nuevo, generalmente, me fascina... y en esta ocasión no podría hacer una excepción.
Recuerdo perfectamente que andaba un poco desorientada y no había forma de encontrar el despacho que me ayudaría a comprender un poco más la realidad adolescente para mi tesis doctoral.
Allí estaba yo, girando sobre mí misma como una idiota medio mareada de dar tanta vuelta a mi propia circunferencia. Al darme la vuelta allí me encontré con una chica de mirada dulce, sonrisa abierta y ojos grandes y profundos color tierra. Me puso una cara divertida y me preguntó:
- ¿Necesitas ayuda?
- Sí, gracias. ¿Dónde se encuentra el despacho de orientación?
- Justo delante suya, aquí.- Me señaló la puerta de enfrente con una sonrisa muy sincera. En ese momento supe que esa chica era especial.

Marina