Observar tu alrededor requiere constancia y claridad. Constancia para no sucumbir a los encantos de la ignorancia y no dejar de mirar cuando lo que se ve no gusta. Claridad para no volverse loco.
Observar es un verbo implícito en las actuaciones humanas...quien no observa está condenado a estancarse...pues el aprendizaje vicario que Bandura analizó con maestría nos muestra una vez más que mirando un poco atentamente se aprende mucho.
Observando, en estas circunstancias, mi alrededor, he aprendido la valiosa lección de la vida: disfrutar viviendo, con lo bueno y con lo malo, con las risas y con los llantos... porque ahora llorar ya no se me hace tan amargo... porque ahora mis lágrimas encuentran consuelo.
Y es totalmente cierto, el ser humano no ha nacido para estar solo, nos enloquecemos estándolo, aún más sintiéndonos... porque la soledad más que un estado, es un sentimiento.
Yo quiero aprender a no sentirme sola, yo quiero que mi alrededor no se sienta solo.
Y por mucho que quiera no será sino con caricias la manera de demostrar a quienes más quiero que viven conmigo y yo con ellos.
Porque os quiero, os aprecio, os estimo y os necesito...porque no podemos faltarnos en ausencia...por el "siempre".
Marina