Dos primaveras, dos veranos, dos otoños y un invierno...para olvidarte y recordar cómo era amar antes de ti. O más bien, cómo amar DESPUÉS de ti. Ya no te quiero, eso hoy lo sé. Pero la herida que dejaste fue enorme y no cicatriza por miedo a ser reabierta en otros brazos.
Busco otros labios que besar y otras pupilas que dilatar. Como lo hacían las tuyas al mirarme...
Hoy escribo sin dolor alguno sobre cómo es dejarte ir y avanzar. Siempre voy a apreciarte de un modo u otro. Siempre, aún a mi pesar, serás especial para mí, mereciéndolo o no. Siempre recordaré cómo me mirabas, cómo me hacías temblar y, sobre todo, sentir. Algo que creía muerto y enterrado volvió a revivir por ti y para ti.
Y por eso, hoy, busco algo realmente sano y verdadero. Alguien que no quiera ser compartido, que quiera estar sólo conmigo. En parte, vuelvo a creer que eso es posible y, en parte es gracias a ti.
Así que te dejo atrás y suelto esta historia que hasta hoy nos unía con la mejor palabra que puedo decir para expresar todo lo que sentí y siento por ti. Y si no te importa, utilizaré la misma canción que un día tú me hiciste llegar.
"Tuve que alejarme de ti...tuve que aprender a ser sin ti..."
GRACIAS.
Marisol