Retoma el aire un ápice de calor mundano, las calles se desiertan, los coches circulan a toda pastilla con las ventanas cerradas a cal y canto y el aire acondicionado a tope motorizando todos los caminos hasta bien entrada la caída de la tarde.
El calor es ya casi sofocante, las prisas también.
Todo lo mundano se torna luz, todas las flores explotan en viveza y mis ojos entrecerrados por demasiada luz acumulada en mi vista vislumbran apacibles la llegada de un verano que marchitará los colores y rodeará con firmeza un calor que me dejará atrapada en tantos sueños emprendidos.
La llegada del verano, explosión de locuras, desatinos, creatividad abanicada unas tardes simpáticas frente a un guión cineasta.
La llegada del verano, recuerdos tristes, dolorosos y puntiagudos del invierno, momentos confundidos de la primavera, melancolía por la pérdida de muchas cosas por el camino del frío.
La llegada del verano, las fuerzas perdidas en los intentos de sofocar el calor, la humedad en la piel quieta, las cosas por hacer, el calendario avanzando sólo a altas horas de la madrugada... grillos insaciables y desesperantes, noches encendidas por el aroma del jazmín, mi mente un transeúnte más de la lívida noche.
La llegada del verano, el cierre de algunas puertas y la aventura de abrir muchas otras, el proceso de maduración y risas, los proyectos cumpliéndose atropeyadamente....
...la llegada del verano... y yo deslizándome a trompicones en cualquier superficie cómoda aguardando la llegada de exámenes, jornadas de trabajo y disculpas a medio creer...quizá la llegada de este verano me trae demasiadas ilusas situaciones que no colmarán ni al caer la noche ni al caer mi esperanza.
De todas formas, el verano llega...
Gracias a todos los que estaréis aquí, ánimos a aquellos que se os atraganta tanto calor sofocante, y mucha suerte a todos... que el Sol os acompañe.
Marina