¡Qué sabré yo ya de contar historias a medianoche!
Si ya ni el Sol me toca ni las ganas me alcanzan.
Persiguiendo clientes y perseguida por horarios.
Nada queda ya de la pequeña poetisa que tanto daba a las palabras.
Mezcla de idiomas sin dominar ninguno...estrés laboral, desmotivación personal y un contento en el cuerpo por al menos pertener al mundo de los trabajadores.
Cotizar en un país moribundo es ya motivo de éxtasis personal.
Vivir para trabajar secunda lo dicho... cambiamos no se sabe cuándo de nuevo el orden de los factores y sí, en esta ocasión cambia el producto.
A contracorriente durante los sofocantes veranos mientras los demás se divierten y descansan.
Mientrastanto yo... apaciguada en los largos inviernos loca por ocuparme me mato a dar clases, estudiar, hacer ejercicio físico, pelearme con la báscula y con la comida y al llegar ya el buen tiempo ahí vuelvo yo: las clases deben anularse porque no hay tiempo, estudiar se convierte en trabajar, el ejercicio físico lo haces entre mesas, platos, comidas y sonrisas... las peleas son ya con los compañeros que van más estresados que tú, la báscula acumula polvo y la comida empeora.
Cobrar a final de mes, eso sí, es toda una aventura literaria.
Empiezan a crearse estados de real nerviosismo a mi alrededor, como si en una jungla se tratara.
El lobo viene o no viene, ¿A quién se comerá primero?
Y todos piensan; "A mí no, ¿por qué a mí?" Y otros tantos nos convencemos a nosotros mismos con un "si ni siquiera debería estar yo aquí" recordando por un instante dónde guardaste aquel cacho de cartón firmado por el Rey que te licencia para ejercer algo que seguramente nada tiene que ver con lo que andas haciendo.
Pero luego sonríes...
Sonríes porque formas parte del tercio privilegiado que está lo que comúnmente se llama "currando" y eso da una distinción social aplastante. Ser joven y no estar en el paro es como descifrar códigos secretos de la CIA.
Y si eres de los elegidos para desempeñar las funciones de tu propio oficio...hay ya como mínimo directo a la Moncloa a las reuniones de Comité a hacerles sombra y a ponerlos nerviosos.
Mas toda la retaíla de comentarios bien sentidos y bien pensados... es este un buen verano.
Aprendo idiomas, recobro técnicas de canalización de la ira, lucho cuerpo a cuerpo con la fatiga y ya tengo aire acondicionado.
Si bien mi vida social es considerablemente escasa, mi vida sentimental es preciosa y sin igual a quilómetros de distancia y he descubiertos los verdaderos lazos que unen la amistad.
Sí... de todo ello cómplice de tanta sabiduría desorganizada un maldito mensaje te texto en el cual me he percatado que ya no abrevio las palabras para dar la informacion porque me resulta tremendamente inutil decir algo mas en el texto solo porque pueda hacerlo caber. De esta forma una descubre dos cosas importantes en su vida: que ya no tiene que recargar el saldo cada semana con lo que se le otorgue familiarmente y que solo habla con quien tiene que hablar y porque no queda más remedio. Siento así informar que he dejado todos los lazos rotos con mi cercana adolescencia...
Amigos tengo pocos, trabajo uno y como un tesoro, el amor como algo insólito y nada de vida social.
Este es mi septiembre amigo... el que me ayuda a madurar y a encajar los silencios en el espanto que toca.
Buenas noches
Marina
