Tenerlo todo y realmente no tener nada. Como si la vida se compusiera de humo, como si en realidad ni tú misma existieras.
Las fuerzas de la vida, las consecuencias de actos ajenos, los momentos aparentemente inocentes que te desencadenan un futuro incierto...los avaratares de la vida, dixen.
Quisiera tener la fuerza y el poder de un mismo dios para de un plumazo girar la vida.
Porque humanamente solo me queda la resignación y mi cuerpo necesita más que eso.
Porque son fechas señaladas para ser feliz y estar con los tuyos y los míos los siento muy lejos aunque de lejanías, quizás, solo entiendia yo.
Porque soy yo quien corre como endemoniada hacia ninguna parte. Porque quiero irme de aquí y desaparecer. Porque quiero gritar y llorar y seguir gritando y llorar aún más fuerte.
Surmergirme en agua caliente y no despertar.
Terminar el aire que respiro y pedir un poco más de oxígeno.
O quizás volver atrás en el tiempo y dedicarme a mí en vez de a la vida... al menos ahora tendríamos un empate de esfuerzos.
Odio todo lo que me rodea, odio la hipocresía, odio el alcohol, odio la desgracia, odio las sonrisas y también las lágrimas.
Odio con más fuerza los halagos y me invaden todavía más los insultos.
Asqueo cada vez que me desnudan con la mirada nublada de éxtasis y copas de barra.
Y esas manos que posan sucias y turbias sobre mi mesa de trabajo.
Repugno con fervor el pringue que dejan tras horas de desgracias los combinados.
Y ya no puedo más entendiendo que emprendí las fuerzas para mejorar un absurdo mundo y ahora me dedico a empeorarlo...y a empeorarme.
¿Dónde quedaron mis buenos propósitos para con la vida?
¿Dónde residen las fuerzas para entenderla?
¿Y qué fue de mi oportunidad para trabajar duro y volver a casa con una sonrisa?
En agua de borrajas, quedó.
En un esfumado recuerdo restará.
Y qué bajo caemos cuando vamos sin red... cuando el fondo no tiene fin...y triste es sentirse así cuando todavía sigues cayendo y sabes que el fondo está por llegar.
Y tras largas palabras de realidad... Feliz Año Nuevo.