En las que el mundo se muestra un poco más sincero y te deja llegar hasta la superficie de su interminable profundidad. Alguien a quién "conoces" desde hace algún tiempo te deja indagar un poco en sus heridas y de alguna manera te hace sentir especial, menos sola y perdida. En un rinconcito perdido de los días, la luz se enciende irradiando de visibilidad la penumbra de las horas. Compartes sentimientos que creías únicos, renaces en alegrías y esperanzas renovadas. Es totalmente increible como un simple intercambio de pensamientos y palabras puede llegar a reconfortar enormemente a las personas. Lo más grande está detrás de lo más minúsculo y sencillo. Y así van avanzando los días, que se ciernen sobre nosotros más luminosos y reveladores que nunca. Así se va rebelando la alegría contra las tristezas del mundo. Así renace la esperanza, que es lo último en perderse.
Marisol
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