
La autoestima es algo inquieta y, la mayor parte de las veces, inasible. Es algo que andamos buscando siempre, pues cada uno de nosotros lleva consigo una carga a la espalda que muchas veces nos vence y nos sume en la penumbra. A veces tristeza, otras soledad, otras tantas culpa, resentimiento, ira...todo ello nos intenta vencer día tras día para sumergirnos en un pozo sin fondo que nosotros mismos hemos excavado. Pero de repente algo pasa, una cosa sucede y nuestra luz se enciende...ese abismo que nos separa de nosotros mismos somos nosotros. ¿Quién sino? Te das cuenta de que hay obstáculos que superar pero no te los pone la vida, sino tú mismo/a. Así que desde ese mismo instante tu camino comienza.
Y empiezas a ver que está en tu mano conseguir remendar los jirones de tu autoestima y poder cogerla de la mano para rebelarte contra el pesimismo. Y te das cuenta que se empieza por amarse a uno/a mismo/a para poder llegar a amar verdaderamente y con total plenitud a todas aquellas personas que embellecen tu vida. Y así, te haces una promesa de amor eterno y juras hacer todo aquello que esté en tu mano y más para hacerte feliz.
Yo en su momento lo hice y muchas personas a las que adoro también. ¿A qué estáis esperando vosotros? Nunca es tarde para percatarse de esta situación y empezar a recorrer el largo camino junto a ti mismo/a. Aunque recordad...no dejéis para mañana lo que podáis hacer hoy.
Marisol
No hay comentarios:
Publicar un comentario