
Deshilacharé mis horas meciendo tu ternura en mi regazo, mientras tus dedos juegan al escondite con mi cuerpo. Desvelaré los anocheceres de tu cama, repartiendo agua de tiempo eterno y besos etéreos en noches de luna llena. Mis caricias rodearán el amor hecho lluvia enredado en tu piel y danzarán tus pies con los míos, al son de los formidables segundos compartidos en lugares cálidos próximos a este corazón. Y si nos falta tiempo, lo fabricaremos elaborando ilógicas filosofías que nos permitan seguir abrazados hasta que nuestro anochecer finalice. Y si nos falta oxígeno, respiraremos el calor desprendido de este inagotable cansancio descansado que resulta del amor en llamas de otoño. Y si nos falta vida, cada segundo lo haremos infinito y nos encontraremos en cada una de las vidas reencarnadas. Y si nos falta sueño...dormiré en tu regazo, templo de este salvaje silencio.
Marisol
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