La chica está cansada de sentirse vacía. Rota y vacía. Cálida y sonrosada por fuera. Fría y pálida por dentro. La chica está asustada de lo que no quiere. La chica se siente sucia y abandonada. Su autoestima salió volando por la ventana. Allá va, perdida entre los últimos rayos de sol del anochecer. Lamenta la chica ser muñeca de porcelana. Se le acabaron los días de luz y sombra. Amenazan caminos áridos en el horizonte. La chica quiere sentir algo y no puede. La chica quiere amar pero no tiene sentimientos. La chica no sabe cuando se perdió su valor, cuando dejó que el silencio invadiera su sueño...cuando empezó a sentirse nada. La chica no llora ya. Su piel se acabó de transformar en gélida porcelana.
Marisol
Marisol
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