Desearía poder cerrar los ojos y dejar de escucharle...desearía reinventar un mundo propio, íntimo donde solo quepan mis ganas de huir y mis ganas de quedarme quieta.
Dos actitudes acechan mi mente: ¿Quedarme quieta donde estoy y dejar que la corriente me perfile el rumbo? ¿Correr todo lo que pueda y más para escapar de mí misma?
Una encrucijada donde sólo yo tengo cabida, una batalla silenciosa contra mí misma, una manera idiota de entender mi parte más profunda...dejando las etiquetas a parte, obviando ponerle nombre a las situaciones importantes, volverme rematadamente loca e inconsciente por orgullo a tirar mis palabras.
¿Qué pesa más? ¿Ser feliz o fingir serlo? ¿Arriesgar por lo que se quiere? Pero, ¿qué es lo que en verdad quiero?
Maldito quien me confunde, maldita yo por confundirme. Maldito el universo entero que pretende convertirme mitad fuego y mitad acero.
Marina
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