Préstame tu piel,
esta noche necesito un abrigo,
mis caderas destempladas
ya no saben vivir sin respirar
el aroma de unos labios que
al pasar por las mieles
de las sonrojadas vergüenzas
suspiran y, al amar,
nos diremos al tiempo
silencio y locura,
locura y deseo.
Deseo de ganas de arder
y tocar el cielo.
Marisol
esta noche necesito un abrigo,
mis caderas destempladas
ya no saben vivir sin respirar
el aroma de unos labios que
al pasar por las mieles
de las sonrojadas vergüenzas
suspiran y, al amar,
nos diremos al tiempo
silencio y locura,
locura y deseo.
Deseo de ganas de arder
y tocar el cielo.
Marisol
Pasarás por las mieles de las sonrojadas vergüenzas con silencios, locura y deseos... y tocando el cielo, por supuesto...el tuyo, real, propio, auténtico sin la necesidad de elevarte más allá de tus rodillas, porque el amor real, el que se camina, se toca, se siente... el que no necesita de un salto al abismo... ese, sin duda, es el tuyo. El verdadero.
ResponderEliminarEsperemos, pues, la llegada de ese gran día.
Te quiero;
Tu amiga
Por cierto, congratulations!!!! Muy bueno, el poema. Muaks
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