
Soñando bocas que no son mías y abrazos que nunca llegarán a mi orilla, voy cediendo un poquito más a la realidad tan desgarradora como cierta: no me quieres. Cenando besos imaginarios una noche sí y otra también, soñando lunas con luz propia y apagando los soles que existieran en tiempos en los que la historia era al revés. Te espero a la luz de un suspiro en medio de esta noche tan fría, no me resigno a entender que tus silencios son rotundos "nos" a mis ilusiones baldías. Y en mi fuero interno, hay algo que me empuja a seguir; pero en mis cielos rotos, la derrota ya llegó hace mucho tiempo. Ya no pretendo anhelarte más, es inútil y no hay razones para seguir con este inútil masoquismo. Aquí te dejo, corazón, en este humilde escrito.
Marisol
No dejes el corazón entre palabras rotas, y sí, pudes seguir anhelando amor, no obstante, no en brazos rotos. Busca la claridad que acompañe a tu cálida y brillante mirada, busca un alma que se quede pegada al cuerpo para sentirse volar. Busca, en el momento que puedas encontrar, algo más parecido al amor... pues, niña, hasta ahora ambas sólo encontramos sucedáneos de lo que la realidad, segura estoy, nos deparará.
ResponderEliminarBesos niña, tu Marinita.