
Hace poco encontré algo que escribí en mi diario un día de agosto. Empieza así:
“Adoro las películas que me remueven por dentro. Y adoro las películas en las que todo se expresa desde la mirada, el espejo del alma, dicen.
Muchas veces he intentado averiguar qué me estaba diciendo con su mirada y pensando que no me decía nada que ya no supiera, dejé de hacerlo.
Ahora comprendo que nunca puedes dejar de entrar en la mirada de las personas que te rodean porque, en el momento que dejas de hacerlo, no vuelves a mirar en sus ojos nunca más.
Tal vez eso fue lo que me pasó, dejé de mirar sus ojos en profundidad y, cuando intenté volver a entender su mirada, ya se me antojaba extraña, era como su no fuese la misma persona, había cambiado él y había cambiado yo.
En estos casi dos años he hecho un largo recorrido en mí misma y ahora siento que acabo de encontrar el camino de salida y debo escoger qué dirección tomar.
Me encantaría tomar el camino más largo para poder ver más cosas, contemplar más cosas, entender más y más; aunque no sea fácil.
Eso es lo que nos ha ido separando, lo que ha ido soltando nuestras manos. Y me solté para correr y caminar y avanzar porque él me amarraba a un estado inquietantemente quieto.
Y quise hacerlo sin cambiarme a otro camino porque pensé que podríamos caminar juntos y, de vez en cuando, sonreírnos. Pero el ya no está para sonreírme y yo ya no tengo una sonrisa sincera para él. (…)
Ya no acude la rabia a mi corazón cuando pienso en como me ha tratado, no voy a negar que alguna lágrima florezca en mi interior al darme cuenta que soy una de esas personas que escarban la vida para encontrar el amor pero de la cual nadie se enamora.
Así que levanto mis piernas del suelo donde he resbalado y camino con la vista al frente con el corazón en la mano, ya medio curado, y en busca de alguien que me sepa amar.”
Lo vi por casualidad, ni me acordaba de estas palabras que, hoy, creo que pueden ser las de tantas y tantas personas que por descuidar el amor, se lo encuentran descosido. Y no hay más razón de escribirlo aquí que el dar ánimos a quien ha caminado demasiado tiempo de la mano del error… que nunca es tarde para soltarse y correr… yo lo he hecho y no me arrepiento aunque haya momentos en los que la melancolía asalta a tu mente, dándote la oportunidad de ponerte de frente ante la vida, pues sigue caminando siempre, sola o de la mano de alguien, pero de alguien que camine a tu ritmo para no perderle en el camino.
“Adoro las películas que me remueven por dentro. Y adoro las películas en las que todo se expresa desde la mirada, el espejo del alma, dicen.
Muchas veces he intentado averiguar qué me estaba diciendo con su mirada y pensando que no me decía nada que ya no supiera, dejé de hacerlo.
Ahora comprendo que nunca puedes dejar de entrar en la mirada de las personas que te rodean porque, en el momento que dejas de hacerlo, no vuelves a mirar en sus ojos nunca más.
Tal vez eso fue lo que me pasó, dejé de mirar sus ojos en profundidad y, cuando intenté volver a entender su mirada, ya se me antojaba extraña, era como su no fuese la misma persona, había cambiado él y había cambiado yo.
En estos casi dos años he hecho un largo recorrido en mí misma y ahora siento que acabo de encontrar el camino de salida y debo escoger qué dirección tomar.
Me encantaría tomar el camino más largo para poder ver más cosas, contemplar más cosas, entender más y más; aunque no sea fácil.
Eso es lo que nos ha ido separando, lo que ha ido soltando nuestras manos. Y me solté para correr y caminar y avanzar porque él me amarraba a un estado inquietantemente quieto.
Y quise hacerlo sin cambiarme a otro camino porque pensé que podríamos caminar juntos y, de vez en cuando, sonreírnos. Pero el ya no está para sonreírme y yo ya no tengo una sonrisa sincera para él. (…)
Ya no acude la rabia a mi corazón cuando pienso en como me ha tratado, no voy a negar que alguna lágrima florezca en mi interior al darme cuenta que soy una de esas personas que escarban la vida para encontrar el amor pero de la cual nadie se enamora.
Así que levanto mis piernas del suelo donde he resbalado y camino con la vista al frente con el corazón en la mano, ya medio curado, y en busca de alguien que me sepa amar.”
Lo vi por casualidad, ni me acordaba de estas palabras que, hoy, creo que pueden ser las de tantas y tantas personas que por descuidar el amor, se lo encuentran descosido. Y no hay más razón de escribirlo aquí que el dar ánimos a quien ha caminado demasiado tiempo de la mano del error… que nunca es tarde para soltarse y correr… yo lo he hecho y no me arrepiento aunque haya momentos en los que la melancolía asalta a tu mente, dándote la oportunidad de ponerte de frente ante la vida, pues sigue caminando siempre, sola o de la mano de alguien, pero de alguien que camine a tu ritmo para no perderle en el camino.
Marina
Tus siempre sabios consejos iluminarán el camino de quien sea digno de ti y sepa caminar a tu lado, sin apartate la mirada y te devuelva una caricia ante adversidades. Niña, tú no tienes porque escarbar para encontrar amor, él te está esperando con los brazos abiertos, porque hay miles aguardando que tus labios susurren un "te amo" para caer enredados en un enamoramiento eterno. Jamás pienses que nadie se enamorará de ti, bien nsabes q no es cierto. Quererte a ti es sencillo, lo difícil es querer olvidarse de ti y menospreciarte (pobres de los que lo hicieron y lo hagan, pues el arrepentimiento les acompañará toda su vida.)
ResponderEliminarUn beso enorme de tu compañera en este complicado viaje.
Marisol