
Antes de conocerte, ya te echaba de menos. Antes de mirarte, ya temblaban mis sentidos. Antes de amarte, ya te odiaba. Sabía que me harías daño, pero desconocía de qué manera.
Un día como otro cualquiera me acerqué a ti y tú me esquivaste. Otro día mi corazón se aceleraba y mi sonrisa desfallecía. No sé cómo lo hacías, pero me quitabas todas mis energías.
Hace poco me cansé de tanta hipocresía. Te susurré una afirmación y te dejé con cara de susto. Desaparecí de tus días y me propuse olvidarte. Y entonces te diste cuenta de que habías sido un idiota, pues no volverías a tener la oportunidad que un día quise brindarte.
Ahora mis días avanzan al fin libres de tu sombra.
Marisol
No hay comentarios:
Publicar un comentario