
Hace apenas unos días en una de esas películas que echan por las tardes los fines de semana, mientras esperaba que se hiciera la hora para ir a ver a mis amigas y amigos, surgió algo en el diálogo que me llamó la atención. La escena era tan típica como irreal: una médium dándole lecciones de moral a un fantasma que vagaba por ahí intentando vengar su muerte como una posesa.
La mujer fantasma le contó con todo lujo de detalles lo que ocurrió el día de su asesinato para convencerla de que ella debía denunciar a su marido (supuesto asesino). Y, para mi sorpresa, la médium le espetó:
- Mi padre siempre decía que hay tres versiones de una misma historia; la que cuenta uno, la que cuenta el otro y lo que en realidad ocurrió.
La fantasma se quedó más blanca de lo que por sí estaba (chiste malo, lo sé), y se quedó muda mientras veía como una médium triunfante se alejaba de la escena.
A mí, me entró la risa floja y, poco después, empecé a sopesar las sabias palabras del padre de la médium. ¿Acaso no es cierto que múltiples de las situaciones que vivimos tienden a tener tantas realidades como personas presenciaron el acontecimiento? ¿No es cierto que unas palabras interpretadas de un modo un otro pueden decir cosas totalmente distintas y opuestas?
Y de ahí que se enfrenten personas, grupos… familias… pues un mismo hecho tienes distintas perspectivas. Lo que para uno fue importante el otro ni se acuerda. Lo que hizo uno por una razón el otro interpreta otra muy distinta… y, como suele ocurrir con nuestra cómoda forma de reaccionar, cuando algo no sabemos la razón… nos la inventamos…¡claro está! Si no tenemos una respuesta a lo ocurrido fingiremos que llegamos a firmes conclusiones que no son más que meras reflexiones interiores para justificar todo aquello que pensamos y sentimos hacia ese hecho y esa persona…
Y.. ¡eureka! He aquí una de las razones por la que el 51% de los matrimonios se divorcian, y por la que grandísimos amigos se distancian…
La mujer fantasma le contó con todo lujo de detalles lo que ocurrió el día de su asesinato para convencerla de que ella debía denunciar a su marido (supuesto asesino). Y, para mi sorpresa, la médium le espetó:
- Mi padre siempre decía que hay tres versiones de una misma historia; la que cuenta uno, la que cuenta el otro y lo que en realidad ocurrió.
La fantasma se quedó más blanca de lo que por sí estaba (chiste malo, lo sé), y se quedó muda mientras veía como una médium triunfante se alejaba de la escena.
A mí, me entró la risa floja y, poco después, empecé a sopesar las sabias palabras del padre de la médium. ¿Acaso no es cierto que múltiples de las situaciones que vivimos tienden a tener tantas realidades como personas presenciaron el acontecimiento? ¿No es cierto que unas palabras interpretadas de un modo un otro pueden decir cosas totalmente distintas y opuestas?
Y de ahí que se enfrenten personas, grupos… familias… pues un mismo hecho tienes distintas perspectivas. Lo que para uno fue importante el otro ni se acuerda. Lo que hizo uno por una razón el otro interpreta otra muy distinta… y, como suele ocurrir con nuestra cómoda forma de reaccionar, cuando algo no sabemos la razón… nos la inventamos…¡claro está! Si no tenemos una respuesta a lo ocurrido fingiremos que llegamos a firmes conclusiones que no son más que meras reflexiones interiores para justificar todo aquello que pensamos y sentimos hacia ese hecho y esa persona…
Y.. ¡eureka! He aquí una de las razones por la que el 51% de los matrimonios se divorcian, y por la que grandísimos amigos se distancian…
Marina
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