Se oía a la niña,
llora que llora,
niña desnuda de sentimientos,
niña serena
de ojos de verde y rota luna,
encharcados dedos de porcelana fina
intentan atrapar
algo inasible.
Se sentía la niña,
triste, muy triste,
por no saber que a veces
las cosas no son lo que parecen.
La pequeña se percata de algo,
pero no entiende
porque los días se hicieron menos claros.
Se veía a la niña,
juega que juega,
en compañía de soledad,
olvidadas las sonrisas,
rotos los juguetes,
inservibles los sueños.
Marisol 30-03-2009
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