Cruz y raya o barco hundido
mísera y absurda la batalla
de quienes ya hemos perdido
dos corazones dormidos.
Cada uno con el corazón vendido
amando en trincheras ajenas
dejando en la sonrisa y condolido
un amor tonto, torpe y descosido.
Uno anhelando anhelos no correspondidos,
otra jugando al escondite sin escondido
y dos, juntos y sonrientes,
trapicheando con ánimos fingidos.
Y sin darnos cuenta uno y otro
de lo que se podría haber sentido
nos cosemos el uno al otro
el roto del descosido.
Marina
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