RECIEN VIVIDA

Quizá hoy sea uno de esos días en los que la inspiración te nace desde dentro, desde ese lugar mágico donde residen todos nuestros miedos, inseguridades, éxitos y aspiraciones... el lugar donde anidamos todo lo que somos y todo lo que amamos... un corazón bombeante de ilusiones y predicciones...

Quizá...

O quizá sea simplemente que mi mente aturdida busca insalvablemente retenerse en parajes metafísicos, si cabe, para no sentarme junto a la querida llamada Constitución y meterle un buen tute intelectual.

Mas opino, sinceramente, que es una mezcla de ambas cosas.

La retardía de un año que hace poco acaba de nacer, un año recién nacido con mucho por ver y aprender, con el espacio neuronal reproduciéndose como nunca para tejer la maraña de lo humano, de las palabras, de los sentimientos, de la coordinación, de la coherencia y del aprendizaje.

Volvemos a empezar cada año ilusos ante la idea fascinante de dejar atrás todo lo que pesa sobre nuestras espaldas.

No obstante, hay cosas que desearía no perder nunca en mí, pasen los años que tengan que pasar en mi cotidiana existencia: sentir la fragancia del aire golpeando suavemente mi espacio, mi piel, mis ojos, mi pelo...sacudiendo con suavidad mis sentidos... para despertar, resurgir, quizá, de todo lo inframundo... revivir lo que se va marchitando y muriendo...

Y caminando en busca de un simple subrayador verde (¿será casual?) me he imaginado vestida de novia, me he imaginado aguardándome de alguna mirada, me he imaginado viviendo, sintiendo, esforzándome... dando sentido a lo que sueño con palabras... me he visto resurgiendo espléndida de viejas cenizas...

Y he sonreído... porque un golpetazo de buen augurio me ha soplado al oído que este año, al fin, se cerrarán molestos capítulos, se superarán lágrimas de un viejo dolor aún no comprendido, se sellarán palabras que ya no tendrá importancia si quedan muertas en un abismo...

Sin embargo, quién sabe...quizá mi aturdimiento me ha jugado una feliz ilusión...o quizá tanto formalismo sociopolítico en mis apuntes de oposiciones me han convertido, por un instante, en una soñadora más...

Marina