
Soñé durante tantas noches sinceras que me pintabas estrellas en el pecho y me sonreías. Soñé lunas de ardiente deseo y soles de deslumbrante armadura. Soñé que no le pertenecías a nadie, que eras tan libre como lo soy yo. Soñé que algún día pronunciaría tu nombre y tú levantarías la cabeza y, al verme, me dirías que habías estado buscándome y que al fin me habías encontrado. Soñé que me mirarías como yo te he estado mirando durante estos últimos 5 años. Soñé que verías más allá de esta mirada traviesa y amistosa que esconde mil caricias. Menos mal que desperté de un sueño que no tiene sentido...le sobran colores, le faltan pies y cabeza...menos mal que he sabido aguantarme las ganas de saltar a tu cuello entre lección y lección...aprendí a verte como un compañero más que se ha cruzado en mi vida. Y eso que desde que entré en ese aula, mi corazón no ha dejado de susurrar tu nombre en silencio.
Marisol
Marisol
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