Siento la fantasía etérea; una suave brisa mueve tus manos acariciándome. Respiro muy lento, como llenando mis pulmones de tu esencia en extenso. Recuperándome, en casa despedida, del andar de tus labios en mi boca. Acallando el llanto de viejas heridas ahora contigo no tan profundas.
Me quedo envuelta de ti; soy fugazmente tú; me siento acoplada en la forma más íntima y mental a tus ojos pues deseo ver por un instante a través de ti. Y muevo y hurgo y busco desesperada en mí el rincón de lo eterno para guardarte allí; y amarte sin dobleces en la oscuridad de alguna de las cuatro cavidades de mi corazón. Y sé que desearás salir a por oxígeno renovador cuando mi sucia sangre te indique que no puedo respirar.
También sé que dirigirás un ejército de plaquetas para cerrar cualquier hemorragia mental por muy dura de combatir que fuera.
No sé bien si es por ello o por todo el resto, sin embargo, respuro de ti: me inundas el cuerpo de sensaciones vibrantes, calmas el dolor con el intento de una caricia y reclamo si hiciera falta el rastro de tu esencia para notar una fingida presencia cuando me haces falta.çMe reduzco el pasado a cenizas por tus llamas si fuera necesario. Y todo ello por dos absolutas e inoportunas razones: porque me quieres y porque te quiero.
Sabes perfectamente que es la segunda vez que me enfrasco de amor y cuatro años después de la primera sé que es la primera ocasión en la que los obstáculos se reducen a una nada cotidiana pues llenando ´tú el todo qué más cabe en mi romance verosímil.
...Mientrastanto... recibe llamada urgente de mis manos.
Te quiero;
Marina

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