Es necesario para nosotros sentir el calor humano de los demás, ya sea nuestra familia, amigos o desconocidos. A veces nos sentimos solos y nos ocultamos tras una pared que nos ahoga e impide que los demás se acerquen a nosotros cuando los necesitamos.
Desde aquí os animo a destruir esa maldita pared que no nos deja ver más allá de nuestra nostalgia, soledad y autocompasión alejando la alegría de nuestras vidas. En su momento, una servidora lo hizo y pudo respirar mejor. ¿A qué estáis esperando? Jamás olvidéis que siempre habrá alguien ahí para todos/as y cada uno/a de vosotros/as.
Otra vez tú, siempre ahí, esperando ser bienvenido a mi cabeza, a mi corazón y alma. Otra vez tú, sólo que sin saberlo, estás en mí, aquí, rondando mis sentimientos. No sé si soy yo o tú, pero sé que no eres tú, el que sueña, el que anhela, el que espera y teme, el que está confundido. "Sólo sé que no sé nada", nada de ti, nada de mí, mucho menos de nosotros. Menudo jeroglífico. Escribo sobre ti, para mí, sólo por ti, pero para mi bien. Ese corazón desbocado, ni tuyo ni mío, se calmará, encontrará el camino. Por ti. Para mí.
Y al volver envuelta en mil pétalos de rosas, sedienta de un amor que nunca le fue correspondido, llenó de océanos los dominios de su corazón. Surcaron sus mares dagas perfumadas de otoños tibios y helados besos de desamor mancharon levemente su nítida brisa. Y el invierno llegó a su vida nuevamente para recordarle que alguna vez sintió algo por aquel que hoy ya no reclaman ni sus pensamientos.
Y al notar el olor que desprende su amado ya no ansía rozar sus labios. Lo que antes fue un dulce sueño, hoy se convirtió en desesperanzado amor. Sus ojos no desprenden aquel brillo embriagador que inundaba el ambiente. Su sonrisa ya no luce tan linda, desprende una alegría resignada de tristeza aceptada.
Y la rosa abre sus pétalos, esperando ser correspondida, anhelando unos labios que la devuelvan a la vida.
Hoy, es un día de lluvia... hoy el cielo llora a algo que se nos escapa del conocimiento... hoy es el momento perfecto para enseñarle al cielo cómo amistarse con su dolor sin derramarlo. Queridos lectores, tengo la necesidad de continuar con todo lo que he emprendido este verano, la necesidad de retomarme a mí misma como he estado haciendo... la necesidad de que el verano en mi interior no se haya terminado... pues no quiero llorar como nuestro cielo.
Siendo sincera, hoy iba a colgaros una reflexión sobre los seres humanos que escribí hace unas semanas y que por cuestiones de examenes y terminar la carrera no he podido poneros.
Prometo que lo haré.
No obstante, me he quedado desnuda ante el ordenador de la biblioteca (metafóricamente hablando) y me he encontrado, de repente, buscando en mi corazón algún resquicio de inspiración y se me ha ocurrido, nada más y nada menos, que enseñarle al cielo a aprender de su dolor ¿significará eso que me estoy volviendo loca? Por favor, ahorraros la respuesta que me conozco a algunos...
A todo esto, un fuerte abrazo a aquellos que nos leen tanto con constancia o con espontaneidad, todos sois bienvenidos a nuestro rincón del corazón.
Os he llamado en el silencio De la noche para mostraros La gloria de la luna y la dignidad De las estrellas, pero habéis salido, Sobresaltados, de vuestro letargo y cogiendo Con temor vuestras espadas, habéis gritado: “¿Dónde está el enemigo? ¡A él debemos matar primero!” Al alba, cuando el enemigo llegó, os volví a llamar, Pero no salisteis esta vez de vuestro letargo, Porque estabais encerrados en el miedo, Luchando contra las procesiones de espectros de vuestros sueños.
[Y continúa más tarde así]
La hipocresía es vuestra religión, Y la falsedad vuestra vida, Y la nada vuestro fin; ¿Por qué vivís, entonces? ¿No es acaso la muerte el único solaz para los miserables?
Este es un poema de Gibrán Khalil Gibrán, y me han inspirado sus versos para darme cuenta de que no son estos los sentimientos que navegan en mi corazón… y espero nunca lo sean. Extraído del poema Compatriotas. Gracias a los que me dejan ser feliz… (y a los que no también)
Aunque pueda parecer escrito desde la ironía, realmente está escrito desde el corazón. Los expertos en meditación dicen que si tienes miedo debes acercarte a él y dejará de hacerte daño, si tienes ira, lo mismo; y si tienes amor más de lo mismo.
Hace unas semanas que el miedo invadía mi cuerpo, miedo a muchas cosas y miedo realmente a ninguna. Sentía en mí florecer algo infinitamente perturbador y yo, cansada de sentir y sentir más que desgracias, decidí enfrentarme al miedo y a todo lo que se interpusiera en mi camino hacia mi paz y tranquilidad, hacia mi felicidad, en resumidas cuentas.
Conseguí llegar a acercarme a mi propio miedo y aceptarlo como uno de esos sentimientos que te acompañan en determinadas situaciones… desde entonces, mi miedo y yo nos compenetramos… no he vuelto a sentir miedo por nada más. Ya no temo a la soledad, ni a la enfermedad, ni a las cosas que me están sucediendo.
Y cuando aceptar tu miedo, el siguiente paso es aceptar la soledad, pues todos estamos solos en nuestro interior (a no ser que estemos enamorados y en nuestro interior sólo existe esa persona tan especial).
No temo estar sola, ni temo que no haya alguien que piense en mí porque ya estoy yo para pensar en mí misma y eso es algo que se me había olvidado de tanto pensar en la otra persona que tenía a mi lado, encadenada.
Este poema, entonces, lo he escrito desde la felicidad, desde esa paz que hacía tanto tiempo necesitaba, hoy me gusta como es mi vida y no la quiero cambiar. Hoy soy yo misma y soy tremendamente feliz.
Y entre desvelos de sueño y marionetas de noches vacías, va caminando perdida el alma de la niña. Ya no huye como entonces, remando en mareas tibias y escondidas. Ya no llora a la nada porque lágrimas no le quedan. Ya no ríe por miedo a la incertidumbre. Avanza temblando debido al frío, pues le robaron su abrigo. Descalza de serenidad y vestida de gris se pierde entre montes malditos. La niña dejó de preguntarse porque los días cambiaban su color constantemente. Dejó de maldecir su mala suerte. Alejó sentimientos inútiles en tierras extrañas y hostiles. Puede que alimenten el alma, pero no el cuerpo. Ahora su alma se centra en alimentar su cuerpo, magullado de mal amor. Ahora decide salvar su cerebro, pues el corazón no le sirvió.
Este es uno de los poemas que me ayudó a conseguir hace algunos años un premio que significó y significará mucho para mí siempre. Hoy quiero compartirlo con vosotros y con el resto del mundo para gritar bien alto y bien claro: ¡¡NO AL MALTRATO!!
Dedicado a todas esas víctimas de cualquier tipo de maltrato que mantienen su silencio por temor.No os rindáis nunca.
Con la cara marcada, de aquí para allá va perdida, tambaleándose su alma, herido su corazón, marcado con golpes su cuerpo. Ya no aguanta más. Años de dolor que a su parecer han sido siglos. Angustia eterna, ha aguantado por amor, ha esperado con amor, ha sido paciente, con dolor, pero ya se ha cansado, ya se ha percatado de que amar no significa recibir palizas, que quien ama no daña a la persona amada. Por fin, ha recogido los pedazos de su amor propio, ha recompuesto el puzzle y ha decidido actuar. Se dirige hacia su destino, le va a denunciar. Después comenzará de nuevo, renacerá de los despojos de su cuerpo, de las cenizas a las que quedó reducida su alma por el fuego del dolor.
Quizá parezca a simple vista que este escrito está dirigido a alguien con amor, en otras palabras, que es una declaración de amor o algo por el estilo.
Sí, es una declaración de amor, pero de amor a todas las personas que me rodean. A todas las personas que se preocupan por mí, y también a aquellas que no lo hacen pues, seguro que si no entregan corazón es porque en estos momentos lo tienen seco.
La mejor manera de alimentar el odio es odiando, la mejor manera de alimentar la angustia es angustiándose, y la mejor manera de romper con batallas idiotas es la compasión.
Por eso, en estos momentos, practico más que nunca la compasión y la empatía, porque no hay nada que más enorgullezca a uno mismo que el saber que alguien quiere que le odies y solo consigue que le comprendas un poco más.
Quien anhela odio, es porque tiene miedo de que le ames, de que le quieras, de que le entregues lo mejor de ti, miedo porque no va a ser capaz de entregarte lo mismo, y eso,para cualquier ser humano sin problemas de psicopatía, es una verdadera frustración.
Por esta razón quiero dar a entender a todos y a mí misma que la mejor manera de perdonar y aprender de los que nos hacen daño es entender… mas no se trata de entender el por qué te han hecho daño sino el por qué debes perdonarles. Y debes perdonar, tal vez, porque esa persona ya tiene bastantes más razones que tú para odiarse a sí misma, ¿por qué darles el motivo perfecto para que desplacen su propio odio hacia ti? En el momento en el que odias, se siente esa persona amenazada y entonces focaliza todos sus miedos en una cosa: su defensa ante ti (el mejor ataque es una buena defensa).
Dicen que la elección de unos bonitos zapatos es importante, pues ellos te llevarán a donde realmente quieres estar y perteneces. Por suerte, nosotras siempre hemos sabido elegir bien.
Semos las mejores.
Semos del pais de las putas maravillas.
Semos mujeres sin especificar de especie.
Semos las hostia bendita con la educación por encima.
Semos rizadas aunque una a lo permanente.