ni porqué pero ayer, como tantas otras veces, andaba inmersa en mis pensamientos mientras recorría, una vez más La Rambla de Palma. Vino a mi cabeza un recuerdo que se podría considerar alegre pero, nada más lejos de la verdad. En aquel momento recordé lo que sentía realmente aquel día: soledad. Eterna compañera de fatigas, no me dejas ni a sol ni a sombra. Sentí una profunda soledad a pesar de que estaba acompañada por las personas que más amo, a pesar de que tenía pareja, a la que amé con toda el alma. Y aún así, soledad. Ahora admito, puedo por fin confesarlo sin tapujos, me sentí más sola durante todo un año saliendo con un chico que tan sólo me regalaba poemas para recordarle que en todo este año que he estado sin pareja. Curiosos sentimientos, los de los humanos, tan contradictorios...tan ajenos.
Marisol
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
:-/
ResponderEliminar