domingo, 29 de marzo de 2009
Hace tiempo
Que siento como un mundo que creía conocido cambia completamente de una manera drástica. Una vez y otra y otra, así hasta marear. ¿Donde dejaron los zapatos olvidados los últimos humanos no corrompidos por un mundo que clama al cielo un poquito de ayuda? Levantándonos cada mañana con noticias asesinas, como dice I. Serrano, dejando nuestros deseos y sueños al borde de un precipicio lleno de desesperanza, maldad, crueldad y corrupción. Maldito quién olvidó que para vivir hay que dejar vivir a los demás sin dañarles ni el cuerpo ni el alma. Maldita sea la existencia de aquellos que nacieron para herir...
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario