Arrasó más que valles, montes y estructuras... arrasó vidas, arrasó esperanzas... arrasó ilusiones...
Nos trajo lodo y dolor... o dolor y lodo... mezclados todos entre angustia, desolación, desorientación... la gran muestra de lo majestuoso que es todo y de lo pequeño que somos nosotros.
Hoy, he salido corriendo desde mi silla de escritorio hacia el televisor... una buena noticia agridulce.
Dos de los tres españoles desaparecidos han sido encontrados vivos... bien, encantados todos... una sonrisa ha dibujado mi cara. No obstante, ¿Qué hay de la tercera? ¿Qué hay de Lourdes Morro?
El corazón se me ha compungido de nuevo... mi antigua profesora no aparece... ¿Quedará esperanza para ella? ¿Estará viva? ¿Estará entre el odioso fango? ¿Podré volver a verla alrededor del colegio de mi infancia?
Quién sabe, quién dice... sólo me queda mandar desde aquí mis más sinceros ánimos a todos los que estén sufriendo por ello... y decir a aquellas personas que la han deseado un feliz viaje al otro mundo desde el facebook que empiecen a demandar un trasplante de corazón pues lo tienen bien corrompido... que el respeto es lo último que se queda y, por lo visto, hay quienes ya no les queda ni eso... Vergüenza ajena siento de aquellos que han compartido la infancia conmigo y han aprendido tan poco de humanidad...
...Será entonces verdad que no todos somos iguales...
Marina
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