
Deducciones libres de impuestos. Tablas numéricas con la mugre del tiempo. Un esquema mental desordenado. Muchas cosas en muy pocos sitios. Tardes tempranas. Mañanas ya tardías. Todo lo desubicado marcado en un punto fijo. Los sinsabores del sinsentido.
Rayas en una pared, el paso del tiempo contando. Minuciosos los cálculos, una condena en el corazón, la libertad anhelada en la esquina de enfrente. Una carretera por cruzar plagada de insolentes coches.
Quién puede llegar a vislumbrar todas las inquietudes personales de quienes han perdido quizá demasiadas oportunidades o de quienes se han sentado a esperar alguna y les llega con retraso.
Quién puede entender la concepción irrelevante del tiempo en lo cotidiano de quien vive preso de sus miedos, de sus errores, de su oscuridad.
Quién, quién sinó uno mismo para descubrirse, quererse, apreciarse y gratificarse...pues en la celda de la mente no convive más que uno mismo.
Marina
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