
Dejas atrás una vida abandonada mientras te adentras en una ilusión que acabará terminando con tu existencia. No miras hacia delante. Tampoco te giras a despedir el pasado. Sigues irremediablemente un camino que se deshace a la par que pisas tu entereza. No lloras por miedo a desahacerte en lluvia de rocío. No luchas por miedo a perder una vez más aquello que una vez fue tuyo. Y te limitas a mirar tu vida. A observar caminos sin fin. A no hablar por temor...y te limitas a sentir nada. Esa parece ser la mejor elección para no salir dañada de esta situación.
Marisol
Marisol
No hay comentarios:
Publicar un comentario