
Se adueñaba de su corazón una melancolía extrema, así que decidió enterrar el hacha de guerra y darse por vencida. Aunque no lo quisiera reconocer, el daño estaba hecho...las huellas de sus pasos se iban borrando gradualmente del cielo azul.
Meditó sentada en su banco favorito del parque...se había convertido en una bailarina sin escenario, ni público ni zapatos... los había perdido hacía mucho tiempo...
Apoyada en el respaldo de aquel banco sollozaba palabras de desamor...lo que siempre fue; pues el amor se le escurrió entre los dedos el día que poniéndose su mejor vestido se presentó dispuesta a ganar la última batalla...pero sólo consiguió una derrota humillante.
Ahora llora porque aún cree que sus lágrimas son como las del ave fénix, capaces de curar cualquier herida, por muy dolorosa que pueda resultar. Simplemente llora.
Marisol
Meditó sentada en su banco favorito del parque...se había convertido en una bailarina sin escenario, ni público ni zapatos... los había perdido hacía mucho tiempo...
Apoyada en el respaldo de aquel banco sollozaba palabras de desamor...lo que siempre fue; pues el amor se le escurrió entre los dedos el día que poniéndose su mejor vestido se presentó dispuesta a ganar la última batalla...pero sólo consiguió una derrota humillante.
Ahora llora porque aún cree que sus lágrimas son como las del ave fénix, capaces de curar cualquier herida, por muy dolorosa que pueda resultar. Simplemente llora.
Marisol
Apóyate en el futuro, llora... respáldate con tu seguridad, y llora, si lo necesitan tus ojos... pero no te sientes en tu banco favorito a ver la vida pasar... eso... NUNCA
ResponderEliminarTQ!!!!!!!!!!!
A todo esto, muy bonita...
Marina