
Esa mirada atravesó su vacío corazón de sentimientos amargos, heló sus verdes ojos y de turbias aguas consiguió ennegrecerlos. Descubrió que sus sospechas no se alejaban para nada de una realidad que hasta ese mismo momento había decidido negar.
Se sintió aliviada a pesar de que enormes dagas atravesaron su dolor para intensificarlo. Ya estaba acostumbrada a esas horas llenas de incertidumbre en las que solía dedicarse a matar sus palabras en silencios rotos.
Se sorprendió al ver que ese dolor evaporaba sentimientos que llegó a creer puros y que jamás debió sentir, pues no supo darse cuenta de que detrás de tanta máscara, sólo se ocultaba el miedo de un corazón cobarde.
Marisol
Que no te mate la decepción, mi niña, debe darte la fuerza para seguir buscando la belleza. Que no te mate la desesperación, preciosa, que ya bastante hay en el mundo de injusticias y soledades rotas... y que te mate el amor... que te haga morir de alegría, de belleza, de plenitud... que matar nuestra melancolía es la mejor de las maneras para amar la vida... te quiero un montón... lo sabes
ResponderEliminar