y descanso, voy alcanzando tu mano que me acoge y me arrastra a un destino de caminos entrelazados. Entre segundo y segundo, mi mente se aleja para recordarte como nunca has sido y al volver a estar en esta habitación el dolor se despierta haciéndome ver lo que en realidad es...Lo sé desde hace algún tiempo, pero me cuesta reconocerlo. No me recuerdas y nunca lo harás. Un poquito más tranquila vuelvo a mi vida, sabiéndome libre del agridulce sabor del amor.
Marisol
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