De esta página en blanco intento que las palabras broten como un manantial de agua y vayan cayendo poco a poco para que su alma quede plasmada en algún sitio. Y aunque lo intento, nada sale, no sé el motivo ni cómo ni el lugar más idóneo para llorar palabras que no se rinden, que victoriosas aún están batallando en mi cabeza. La verdad es que no saber qué decir se está convirtiendo en una costumbre, pues cada vez más el mundo me deja confusa.
Marisol
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