Ya sabes bien que pienso en ti y que no te saco de mi mente. A veces porque no puedo, tantas otras porque no quiero. Sigo en las mismas, algo más calmada, se me ve entera...o eso me dicen. Yo diría más bien que mi adulta recoge a mi niña y la abraza para que sepa que no está sola, que esto pasará y, sobre todo, que no es culpa suya.
Y aquí sigo, echándote de menos porque, querido, has sido y eres bien importante para mí. Y mi vida está bastante patas arriba ahora mismo. He perdido mi centro. No, tranquilo, no es por ti. Por ti he perdido lágrimas, abrazos, besos, deseo...y amor también. Pero mi centro lo he perdido yo solita. Y tengo que volver a encontrarlo solita. Más y mejor.
Y he pensado en hablarte y decirte que sí, que podremos ser amigos ya que te acepto como eres y quiero tenerte en mi vida. Pero necesito encontrar mi centro. Estoy perdida otra vez. mi brújula no para de girar y girar...no hay manera de encontrar mi norte. Y así, yo no puedo ser tu amiga. Sólo me descentraría más. Entre este deseo, este amor y esta perdición tan mía solamente me haría más daño. Y probablemente también te lo haría a ti. Y no quiero dañarnos más; de lo contrario, no podríamos recuperar esta amistad jamás.
Buscaré mi norte y me querré como nunca. Sólo entonces podré, podremos retomar ese vínculo que nos unió. Eso sí, esta vez, libres.
Marisol
No hay comentarios:
Publicar un comentario