
Querido amigo...
¿Sabes? Hoy ella me lo ha dicho. Sí, ha leído que por amor uno/a insistía. Por amor uno/a adquiere la fuerza que necesita para tener el valor suficiente de luchar por la persona amada. Parece ser que tú no eres consciente de este hecho. Y ella sufre. Y tú también. Y os heriis hasta morir. Sí, sí, de amor. Sí, de eso que te hace más fuerte.
No, no espera nada más de ti. Pero sí, aún cree en ti. Nunca ha dejado de hacerlo, incluso cuando los demás hemos dudado de ti. Pero sigues ahí, cabizbajo...hiriéndote y haciéndole daño a la persona que más amas. Y sí, puede que ella me mate por este escrito. Pero no me preocupa. No, no me preocupa. Me preocupa más que tú no llegues a leerlo a tiempo para ponerte esas pilas duracel que tanto te hacen falta.
Y me duele hablarte así. Y me duele ver como os autodestruiis en una batalla en la que tú ni te has molestado en tomar parte. Porque ella merece que alguien luche por ella. Porque ella ha luchado por ti sin pedirte nada. Sin esperar nada. Pero dándolo todo. Y tú, ni estando a su lado la miras, ni la tocas...ni la sientes. Ni nada de nada.
Y te pregunto...¿has perdido el rumbo, capitán...o es que nunca estuviste al mando?
Atentamente y con mi más sincero respeto.
Tu amiga,
Marisol
(No me guardes rencor...así como ella no te lo guarda a ti)
¿Sabes? Hoy ella me lo ha dicho. Sí, ha leído que por amor uno/a insistía. Por amor uno/a adquiere la fuerza que necesita para tener el valor suficiente de luchar por la persona amada. Parece ser que tú no eres consciente de este hecho. Y ella sufre. Y tú también. Y os heriis hasta morir. Sí, sí, de amor. Sí, de eso que te hace más fuerte.
No, no espera nada más de ti. Pero sí, aún cree en ti. Nunca ha dejado de hacerlo, incluso cuando los demás hemos dudado de ti. Pero sigues ahí, cabizbajo...hiriéndote y haciéndole daño a la persona que más amas. Y sí, puede que ella me mate por este escrito. Pero no me preocupa. No, no me preocupa. Me preocupa más que tú no llegues a leerlo a tiempo para ponerte esas pilas duracel que tanto te hacen falta.
Y me duele hablarte así. Y me duele ver como os autodestruiis en una batalla en la que tú ni te has molestado en tomar parte. Porque ella merece que alguien luche por ella. Porque ella ha luchado por ti sin pedirte nada. Sin esperar nada. Pero dándolo todo. Y tú, ni estando a su lado la miras, ni la tocas...ni la sientes. Ni nada de nada.
Y te pregunto...¿has perdido el rumbo, capitán...o es que nunca estuviste al mando?
Atentamente y con mi más sincero respeto.
Tu amiga,
Marisol
(No me guardes rencor...así como ella no te lo guarda a ti)
No hay comentarios:
Publicar un comentario