CUANDO SE TE OPRIME LA FELICIDAD

Me cuesta explicar a un público estupendo algo tan confuso...
Se trata de amor...
La verdad, no sé si tiene algún rumbo nuestra historia, tampoco sé hasta qué punto soy capaz de quererle sin hacerme daño. Tampoco sé cuándo volveré a confiar en él.
Ya no siento esas ganas locas de abrazarle, de tocarle, de acariciarle, de besarle... ni si quiera de verle.
Ya no sé si fue él quien cometió el error o si fui yo al darle una segunda oportunidad.
Ya no siento esas fuerzas para luchar por él... ni tampoco con él.
Dice que tiene el sentimiento de estar perdiéndome y yo, yo siento que hace tiempo que me he perdido.
No necesito de él... ya no. Ya no siento el amor tan vivo como antes... creo que empezó a apagarse el día que sus dudas afloraron en forma de palabras enclenques, disparatadas, tal vez incoherentes... palabras que dañaron mi corazón enamorado, palabras que empezaron a empujar a la razón hacia un abismo en el que ve un futuro ya sin él.
No se si él leerá estas palabras o si será mi boca la que se las dirá en mi vuelta de Granada.
Ahora mismo lo único que sé es que el amor, hoy por hoy, no está dentro de mis prioridades... ayer lo daba todo y hoy, hoy no tengo ganas ni de recibir el mundo entero.

Marina, una estúpida escritora sin sentido